El final
La delgada membrana del silencio
se vio duramente traspasada
por los gritos mudos
que disimuladamente afloraban
desde el fondo de gargantas resecas.
Las filosas palabras silentes
dejaban oír su eco
rebotando sin cesar
contra las murallas del tiempo.
Y yo estaba ahí,
tratando de armar la mil piezas
del rompecabezas de mi vida, pues
creí escuchar la voz que me llamaba
a rendir cuentas
de mi transitar por esta vida.
E voce arranja sempre umas poéticas que desconheco, obrigado pela divulgacao.
ResponderEliminarAbracos
São poetas jovens e pouco conhecidos a maior parte.
EliminarAbraços caro amigo.